sábado, 7 de diciembre de 2013

Ahora llego a Sudáfrica



Sobre mi cabeza, la estrella del sur. En mis oídos reverberando el croar de las ranas, igual que reverbera en el suelo de todos los pueblos el sonido de un gran árbol que cayó anoche.
En mis oídos, el croar de las ranas. Entre los labios un porro, la copa de vino en la mano, la ciudad a mis pies y la bahía entera ante mis ojos.
Así está siendo mi despedida de Mandela (es decir, como a él le habría gustado que fuera) y mi llegada a un país nuevo.
Porque acabo de llegar a un país nuevo. Aunque cumplí ayer mi octavo mes en Sudáfrica, ha sido hoy cuando me he reencontrado a mí mismo en este país.
En abril yo era diferente a como fui ayer, y ayer me veía distinto a como soy ahora. Estadísticamente distinto, añado.
Hoy he encontrado una Sudáfrica nueva dentro de mí.


[Las estrellas, la marihuana, el vino, las ranas, el océano y tú estáis aquí conmigo esta noche, observándome mientras escribo esto]

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